Tras intentar contactar sin éxito con los más altos ejecutivos de la marca para que solucionasen su problema, decidió cortar por lo sano, y nunca mejor dicho. Anunció públicamente la destrucción de su coche con un grupo de obreros armados con mazos. Ha conseguido dos cosas: demostrar notoriedad y falta de luces.
El coche ha sido reventado a golpes, como cuando Ryu se cargó aquel Lexus SC 400/Toyota Celsior en el Street Fighter II (*). La lapidación ha sido en todas partes: carrocería, lunas, faros, interior… lo han dejado para tirarlo. Una cosa es hacer un ejercicio de descarga de ira con un coche de desguace, y otra con un deportivo de estos.
Dados los altos aranceles a la importación de coches de lujo que hay en China, la bravuconada no le habrá salido nada barata al propietario, aproximadamente medio millón de euros. Me viene a la cabeza otro dicho que explicaría lo que ha ocurrido y el porqué de tan arriesgada decisión:
En esta vida, si quieres ser chulo, necesitas un par de c*****s y dinero.
No parece que haya habido ausencia ni de una cosa, ni de la otra.
La infamia ha acontecido en Qingdao, ciudad en la que también hay un concesionario oficial de la marca. El colmo de todo esto hubiese sido que se tratase de un Lamborghini Reventón, por que para Gallardo ya estaba el dueño.
Hay más imágenes del destructivo evento en China Car Times.
Y para el que quiera vídeo… ahí va: